Oaxaca de Juárez, México.

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Opinión de: Mario Sors


Educación mediocre, ¿Quién gana?

Marzo 14
12:04 2012

De nuevo la Sección 22 suspende clases en casi 13 mil planteles de la entidad ahora en demanda de la presentación de personas desaparecidas y también de someterse a evaluaciones de conocimientos, por supuesto.

La realidad es que de nuevo, con la movilización para demandar el retorno de cinco o seis personas más de un millón de niños se quedarán sin clases prácticamente cinco días.

¿Quién gana con tantos días de paros magisteriales?

Al menos quienes no pierden son los maestros y administrativos de la Sección 22, reciben su sueldo puntualmente y sin un peso de descuento.

Tampoco los directivos del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca que de igual forma reciben su sueldo cada quince días.

El único perjudicado es el pueblo, aquellas familias que no pueden pagar una educación particular para sus hijos, esos niños son los directamente perjudicados quienes no reciben una educación adecuada, carecen de maestros comprometidos con ellos.

Esos niños tendrán en su camino que enfrentarse a la vida de manera limitada, con conocimientos medianos que le facilitarán las cosas a la deserción escolar.

Ese grueso de infantes será el próximo ejército de empleados en comercios, de aspirantes a una plaza sindical, de suspirantes por una plaza de maestro, en el pesimismo absoluto tendremos más líderes sociales y uno que otro dipuatdo "combativo".

Ese es el futuro de los oaxaqueños que están secuestrados en la educación pública tal como esta hoy.

Pero ¿Quién gana? Gana la dirigencia magisterial con una discrecionalidad y opacidad absoluta en el manejo de las cuotas sindicales y los negocios que han desarrollado en 30 años de dominio monopólico de la educación pública en la entidad, mismos años en que la educación sigue sumida en los más bajos niveles de aprovechamiento.

Por otro lado, gana el sistema de comercio. No el pequeño comerciante, sino los grandes y medianos distribuidores locales y fóraneos ya que el consumo de productos y servicios no se detiene.

Tiendas de autoservicio y departamentales -mismas que son preferidas entre los maestros para dejar buena parte de sus ingresos- son grandes beneficiarias hayan o no paros, plantones y bloqueos.

Por otra parte, las familias que pueden pagarle a sus hijos una educación particular desde el kinder hasta la universidad e incluso algún posgrado en el extranjero son las mismas familias de "abolengo" que se reparten los primeros cargos en la burocracia estatal. 

Así, la Sección 22 y su dirigencia resulta una gran aliada para sostener un sistema que sólo favorece a la oligarquía local marginando a los hijos de los trabajadores y campesinos a empleos en los negocios de abarrotes o en cadenas comerciales y departamentales, salvo los "garbanzos de a libra".

También son un aliado perfecto para la oligarquía local en el sentido que quienes llegan a concursar por los mejores cargos cargos en el gobierno son aquellos que recibieron una mejor educación en escuelas particulares. Mientras que los agremiados de la S-22 se han dedicado en dinamitar la educación pública en la entidad.

Podemos olvidarnos en Oaxaca de tener generaciones que abracen el conocimiento como un medio de superación y liberación. Tenemos en cambio, generaciones con aspiraciones y conocimientos limitados.

Con esto, la S-22 se reafirma como el gran aliado, el buen sirviente de la oligarquía local y de las grandes cadenas comerciales -donde los maestros son los grandes consumidores- y a contramano son los verdaderos y auténticos traidores del pueblo de Oaxaca, ese pueblo que busca en la educación pública un medio que rompa las barreras para acceder a mejores condiciones de vida.

La servidumbre criminal de la S-22 a favor de la oligarquía burócratica y comercial va más allá de bloqueos, marchas y plantones -que sin duda representan una molestia- sino que va en contra del pueblo de Oaxaca, minando y condenando el futuro de las generaciones de los oaxaqueños más humildes, de esos oaxaqueños a los que Benito Juárez y José Vasconcelos procuraron un futuro luminoso.

Hoy la S-22 sólo es vil traidora a la historia y saboteadora del futuro de Oaxaca.

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